...pechos humanos que revientan y arrojan pedazos del corazón; pechos humanos que son volcanes. Las criaturas de la noche salen a galope raudo, atropellándose unos a otros cuando la razón duerme. Esta, se halla sometida a las altas presiones del alma pasional y de su inconsciente volcánico. A veces, el corazón duerme y dibuja el perfil entero de la humana condición, que es compuesto de hombre y fiera.
Eugenio Trías